En nuestra búsqueda por ofrecer lo mejor de la tierra, cultivamos y recolectamos dos variedades exquisitas de trufas: Tuber melanosporum, conocidas como trufas de invierno, y Tuber aestivum, o trufas de verano. Estas joyas de la gastronomía son valoradas por su singularidad y complejidad, brindando un toque especial a los platos más selectos.
Nuestro proyecto nace con el propósito de honrar la rica tradición y el profundo amor por la tierra que ha caracterizado a nuestra familia durante generaciones. Desde 2019, hemos dedicado nuestro esfuerzo a trabajar en la plantación y recuperación de los bancales de viña y trufa, buscando preservar la herencia agrícola de nuestra región y promover la producción sostenible de productos de alta calidad. Con cada cepa y cada trufa, continuamos escribiendo nuestra historia, uniendo el legado del pasado con la pasión del presente.
La trufa de invierno, o trufa negra, es un auténtico manjar que destaca por su aroma intenso y sabor terroso. Se recolecta durante los meses fríos, cuando las condiciones son ideales para su desarrollo en simbiosis con las raíces de los árboles. Su recolección se realiza entre diciembre y marzo, y es un momento esperado por los amantes de la gastronomía, que valoran su complejidad y profundidad de sabor.
La trufa de verano ofrece una experiencia diferente. Aunque su sabor es más sutil que el de su hermana invernal, se caracteriza por su frescura y notas delicadas. Se recolecta desde mayo hasta agosto, proporcionando una opción versátil para la cocina, ideal para platos donde se busca un toque elegante sin abrumar otros sabores.
Nuestro compromiso con la calidad comienza en el proceso de cultivo. Manejamos nuestras plantaciones con cuidado, asegurando que el entorno sea propicio para el crecimiento de estas joyas subterráneas. Utilizamos métodos sostenibles y respetuosos con la naturaleza, garantizando trufas frescas y de alta calidad.
La recolección se lleva a cabo con nuestro equipo perruno especialmente entrenado, quienes tienen un agudo sentido del olfato que les permite localizar las trufas en su hábitat natural. Cada salida al campo es una experiencia mágica, donde la pasión por la trufa se une a la tradición.